Las plantas son grandes aliadas para nuestros espacios, y aunque algunas veces creemos que estamos haciendo todo bien para su cuidado, de repente, comenzamos a identificar reacciones atípicas, leves o graves, que requieren de nuestra atención. Inmediatamente comenzamos a preguntarnos, ¿qué puedo estar haciendo mal? ¿por qué se muere mi planta? y ¿cómo puedo salvarla? ¡Te lo respondemos todo aquí!
Las plantas están expuestas a sufrir diferentes tipos de problemas dependiendo de su condición, cuidado y el ambiente que las rodea. Muchas veces suceden por incompatibilidades con la temperatura, problemas del suelo, iluminación, agua, parásitos, entre otras.
Aprender a diferenciar estos casos, identificar las causas y conocer la solución, podría ayudarnos a salvarlas. Es por esto que hemos recopilado las 5 principales razones por las que se mueren las plantas y cómo solucionarlo.
Razón #1: ¡El Riego!
Durante cada riego de agua, la humedad se absorbe a través de las raíces por ósmosis, y se transporta hacia arriba a través del tallo hasta llegar a las hojas. Cada planta según su tipo requiere de una diferente dosis de agua, y excedernos en cantidad o por el contrario, restringirla, podría traer importantes consecuencias.
¿Cómo identificar la cantidad de agua?
Comienza introduciendo un dedo, un palillo de madera o un lápiz en la maceta donde está la planta. Si sale con mucha tierra pegada, entonces tiene exceso de agua, o si por el contrario sale sin nada de tierra y humedad, tu planta está seca.
Analiza la constancia con la que tu planta ha recibido agua, ya que si la tierra está demasiado húmeda y no ha podido secarse entre cada riego, tu planta podría ahogarse; y si la tierra está demasiado seca, tu planta podría estar sufriendo de deshidratación.
Los principales síntomas del exceso de riego son:
- Debilitamiento.
- Crecimiento lento.
- Nacimiento de nuevas hojas en tonos marrones.
- Ausencia de nuevos brotes.
- Amarilleamiento de las hojas inferiores.
- Caída de las hojas.
Solución para el exceso de riego
La solución no es difícil, sin embargo no siempre es posible. En ocasiones cuando ya existe pudrición total de las raíces y el tallo se encuentra muy blando, estaríamos hablando del final de la planta.
También, es importante comprender que el tiempo que se cometió el error de exceso de riego juega un papel fundamental, por lo que en ocasiones, ejecutar la solución podría ser demasiado tarde.
Sin embargo, para muchos casos sí es posible salvar una planta que se está ahogando. Para lograrlo, sigue estos pasos.
1. Seca la planta removiendo la humedad
Para esto, debes sacar la planta de la maceta y retirar la tierra mojada que se ha adherido a las raíces para que no se siga ahogando, buscando así que la planta pueda respirar. Realiza este proceso con sumo cuidado de no desprender raíces o debilitarlas aún más.
Deja la planta fuera de la tierra durante un periodo breve de 8 a 24 horas máximo.
2. Revisa las raíces y pódalas en caso de ser necesario
Las que asumen las consecuencias del exceso de agua son las raíces de tu planta. Con sumo cuidado revisa su color, si se encuentran blancas pueden estar sanas, pero si por el contrario, se encuentran negras o han comenzado a pudrirse, lo mejor es podar aquellas partes.
3. Trasplántala a un nuevo sustrato
El proceso de trasplante es muy importante, ya que es necesario reemplazar la anterior tierra que se encuentra excesivamente húmeda. Para esto, utiliza un sustrato nuevo.
Importante: Si vas a plantarla en la misma maceta, lávala y desinféctala antes para evitar propagar cualquier tipo de hongo que se haya podido desarrollar en el anterior plantado.
4. Vuélvela a regar solo cuando la tierra esté seca
¡No te apresures! Deja al sustrato nuevo hacer su trabajo y solo riega la planta cuando este se encuentre seco. Ten cuidado, abonar este sustrato nuevo para ayudar a la planta suele ser un típico error que puede acabar con la vida de la misma. No realices ningún tipo de abono ya que la raíz al estar tan débil no está preparada para absorber tantos nutrientes.
Ahora bien, ya hemos hablado de las causas y soluciones para el exceso de riego, ¿pero qué hay de las plantas que están sufriendo de deshidratación?
Los principales síntomas de una planta que está muy seca son:
- Estancamiento.
- Crecimiento lento.
- Hojas marchitas o caídas. En este caso es importante diferenciar entre las hojas viejas que ya han finalizado su ciclo, y las hojas sanas que están comenzando a dañarse o a caer).
- Plagas y enfermedades. Las plantas debilitadas por ausencia de agua son más vulnerables a los ataques de insectos, bacterias y hongos, también, las plagas como los ácaros y escarabajos se sienten atraídas por las plantas secas.
Muchas veces, estos síntomas pueden confundirse con los del exceso de agua, es por esto que es importante evaluar la tierra y analizar los tiempos de regado que ha tenido la planta antes de tomar algún tipo de acción.
Solución para una planta deshidratada
Una planta que está sufriendo de sequedad puede tener una solución fácil y rápida mientras el periodo de sequía no haya sido muy largo. Para que tu planta no muera sigue estos pasos:
1. Elimina los tallos y las flores secas o marchitas
La labor de poda de las partes que están secas es fundamental, ya que mientras sigan allí, la planta seguirá haciendo el esfuerzo de salvarlas y enviarles nutrientes.
Es importante que elimines con cuidado de no afectar las partes sanas de tu planta, ya que esto podría traer consecuencias en sus condiciones de mejora.
2. Verifica la posición de luz de tu planta
Si tu planta estaba muy seca, también puede deberse al exceso de exposición solar a la que ha sido sometida. Si no requiere luz solar directa y por eso se ha secado, corrige su ubicación.
3. Hidrata con cuidado el sustrato.
Muchas personas cometen el error de regar en exceso la planta que se encuentra muy seca, y la realidad es que se debe tener mucho cuidado y no irse a los extremos. Incluso, si tu planta se encuentra muy deshidradata, es recomendable que reemplaces el sustrato por uno nuevo.
4. Hidrata las hojas y verifica que no tengan plagas.
La resequedad es un alto causante de plagas, es por esto que es importante que limpies sus hojas y utilices algún producto especial para esto, como el Protección - Contra Plagas de Caulé
Si bien los cuidados del riego son los principales motivos por las que tu planta pueda estar muriendo, existen otras 4 razones que te contaremos a continuación:
Razón #2: ¡La luz!
Así como el agua, demasiada luz o ausencia de la misma puede ser una razón por la que tu planta pueda estar muriendo.
Síntomas por falta de luz:
- Las hojas nuevas crecen más pequeñas de lo habitual.
- Tu planta está sufriendo estancamiento.
- Las hojas se están tornando amarillentas.
- Está presenciando pérdida de colores.
Síntomas de demasiada luz:
- Quemaduras en la planta.
- Hojas marchitas, similares al resecamiento.
- Colores rojizos en algunos casos.
- Hojas enrolladas.
Solución por problemas de luz:
Para ambos casos, la solución suele ser moverlas de lugar, sin embargo, es importante que los cambios de exposición a la luz no sean radicales de un momento a otro. Lo mejor es realizar el cambio de posición poco a poco, ¡esto ayudará a la planta a adaptarse y recuperarse fácilmente durante el cambio!
Razón #3: Ausencia de nutrientes.
Tus plantas así como tú, requieren de una alimentación balanceada, es por esto que una de las principales causas de su muerte puede ser por la ausencia de nutrientes que le entrega el suelo.
El principal síntoma es la decoloración o distorsión de las hojas, sin embargo también puede reflejarse como hojas amarillas, bordes marrones, agujeros en las hojas, manchas y hojas torcidas.
La solución para esto, es aportarle los nutrientes necesarios a tu planta con un buen abono que mejore también la estructura del suelo.
Y aunque el primer pensamiento que se nos viene a la mente con la palabra “abono” es “mal olor o dificultades para usarlo”, existen tipos de abonos fáciles de usar y sin experiencias incómodas, incluso, pueden venir de forma líquida para una mejor experiencia.
Razón #4: Tu planta puede tener hongos.
Los hongos son microorganismos que aparecen en la tierra o en las hojas de tu planta, y pueden surgir a causa del exceso de humedad, por mala aireación del sustrato, falta de abono o por ausencia de luz solar.
Existen muchos tipos de hongos que van creciendo silenciosamente, y lamentablemente, cuando son visibles suelen estar muy avanzados y puede ser muy difícil salvar a tus plantas.
Estos hongos pueden atacar a tus plantas, propiciar la caída de sus hojas y hacer que se marchiten.
Para combatirlos, existen múltiples remedios caseros, dentro de los más conocidos están:
- Leche y Bicarbonato.
- Aceite de oliva y Bicarbonato.
- Alcohol.
- Ajo.
- Vinagre
Si deseas combatir los hongos de tu planta, investiga muy bien según su tipo, ya que algunos remedios caseros podrían atentar contra su vida.
Razón #5: ¡Plagas!
El problema de plagas es por causa de insectos, y al ser tan pequeños, muchas veces las identificamos cuando el caso está muy avanzado, debido a que son profesionales en camuflarse. Pueden esconderse debajo de las hojas o en la parte inferior de tu planta.
En el caso de las plagas podemos identificar síntomas como:
- Plantas marchitas, amarillas o negras.
- Huecos en las hojas.
- Hojas enroscadas.
- Signos de debilidad.
La solución para combatir y erradicar completamente las plagas en las plantas, es directamente con productos como plaguicidas tanto químicos como naturales.
Sin embargo, la mejor manera de luchar con esto es previniendo y actuando con anticipación ante cualquier posible ataque de plagas, para esto puedes usar productos de protección y cuidado para tus plantas, que al mismo tiempo eleve sus defensas, como lo es el caso de Protección - Contra Plagas de Caulé
Caulé Happy Plants